Darío Canton | Escritor & Poeta
PUBLICACIONES | Literatura | La historia de Asemal y sus lectores

Acción Directa

Carlos Gazzera

Un tiempo y un espacio: Argentina en 1975. Un escenario: la poesía y los poetas. Una caracterización: la crisis socioeconómica, los anhelos de cambio, la Triple A funcionando. Una respuesta: hacer una revista, Asemal, de distribución gratuita para difundir la poesía personal. Un autor: Darío Cantón. Un resultado: 20 números en cinco años (número 1, mayo de 1975—número 20 primer cuatrimestre de 1979).

Todo esto es Asemal (inversión de un título de un libro de su autor, La mesa). Y es mucho más, como lo demuestra este libro que reúne los 20 números publicados por Cantón en aquellos años violentos entre 1975 y 1979. Es mucho más, porque Asemal no se puede medir sólo por la calidad de los poemas aparecidos allí, donde la poesía del autor tiene momentos sutiles y algunos obvios, sino que debe considerarse cómo logró establecer contacto con los lectores de aquellos poemas, como logró su "acción directa".

Y esta "acción directa" sobre el público es lo que se valora en este libro como "La historia de Asemal y sus lectores", al reunirse un conjunto de cartas que le escribían quienes recibían la página una tras otra.

Esta búsqueda deliberada de diálogo es la clave de lo que Darío Cantón buscó desde un inicio cuando decidió no esperar a que sus libros demoraran años en aparecer. Decidió que sus poemas debían "accionar" sobre los lectores. Por eso, quien contestaba o acusaba recibo de la página, recibía la siguiente. Quien la ignoraba, se salía del listado.

Asemal logró así un grupo consecuente de lectores entre los que podemos contar a Noé Jitrik, Andrés Avellaneda, Vicente Batista, Raúl Castagnino, David W. Foster, Griselda Gambaro, Angélica Gorodischer, Luis Harss, José Emilio Pacheco, Sergio Ramírez, Héctor Schmucler, Gregorio Weimberg, entre tantos otros.

Cuando comenzó con Asemal, Darío Cantón, de profesión sociólogo, tenía publicados un par de libros de ensayos y otros cinco de poesía: haber publicado La mesa en la prestigiosa editorial Siglo XXI en 1972 y tener en prensa y con anuncios Poemas familiares por la editorial de la revista Crisis, le daban un lugar de relevancia en el firmamento poético de la época.

Al comienzo, Asemal salía mensualmente. Tras el rodrigazo y la estampida de precios, el correo se encareció y las hojas se espaciaron a una periodicidad bimestral. Tras la persistencia de la crisis, a una por cuatrimestre. Sin embargo, la empresa no puede evaluarse sin revelar algunos números: la impresión y distribución de 700 ejemplares sumaban 275 dólares por número; un promedio de 400 ejemplares se distribuían en Capital Federal, otros 100 en el interior del país, y 150 en el exterior. Las direcciones era una cadena: al principio Cantón juntó él las direcciones, pero luego le fueron suministradas por los propios lectores.