Darío Canton | Escritor & Poeta
PUBLICACIONES | Literatura | La saga del peronismo

Rodolfo A. Borello

Crítico literario, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de Buenos Aires, docente en la Universidad de Mendoza a principios de 1970, (comunicación personal)

He leído tu saga poética del peronismo que me impresionó vivamente, no tanto por los logros concretos como por las enormes dificultades que suponía. Tal vez la más ardua era, o es, encontrar un nivel expresivo - formal, un lenguaje y una arquitectura que permitieran eso casi imposible de lo épico- íntimo- histórico. ¿ Cómo decirlo? Vos perseguías (si no me equivoco) algo como hacer la crónica de todo un período histórico a partir de un nivel expresivo lírico. Eso suponía además de las dificultades concretas de lo antes señalado, reinventar un género que nuestra época ha olvidado o directamente considera como imposible: la narración épica. Pero como vos sabías que lo épico parece estarnos vedado, apelabas al único nivel hoy aceptado como poético por los lectores: el de la comunicación vivencial lírica.

No sé si me expreso con claridad, pero dejabas de lado el canto a las multitudes tipo Whitman o Sandburg, el canto a todos, y apelabas a un nivel conversacional que a través del llamado a cada corazón los uniera en una expresión común forjada sobre el habla de cada día. Es allí donde insertaste los datos históricos (apenas aludidos, pero presentes como manifestación de sentimientos y apetencias comunes), que se daban por la boca de uno más que -sin decirlo explícitamente- quería decir lo que todos debieron haber sentido. Yo no sé si digo lo que exactamente quiero decirte. Es allí donde encuentro la dificultad mayor: concertar en una expresión subjetiva y un habla íntima, los sentires de una totalidad que a la vez se siente partícipe activa de un proceso histórico en desenvolvimiento. Una difícil contradicción parece instalarse allí entre un nivel ineludiblemente personal (yo, que sentí como nosotros), sincrónico, con la intención de expresar un proceso permanentemente diacrónico y dinámico. Rescatar la unánime vivencia del aquí y ahora (o del allí y entonces) para expresar un fenómeno cuya característica más definida era el cambio, el movimiento. Esa ínsita contradicción entre lo íntimo y universal del hombre, con lo particular y general de lo histórico cuyo dinamismo no parece detenerse nunca. ¿Lo lograste? Creo que sí en "Preludio"; en otros casos la crónica-descriptiva parece devorar todo lo íntimo, así en "17 de octubre de 1945", o en "Final ". "Jockey Club" mezcla los dos niveles. Tal vez la mayor dificultad estaba -te repito- en nuestra mirada sobre la poesía, a la que exigimos la intimidad, la subjetividad como el único plano coherente y posible de lo poético. Encontrar un nivel de lenguaje coherente y potente que valga por sí mismo, que alcance fuerza autónoma además de significado. O sea signo y símbolo.